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Familiarizar a los niños con el arte desde bien pequeños tiene grandes beneficios para su desarrollo intelectual y cognitivo.

El arte es testimonio de las diferentes épocas históricas. A través de los cuadros podemos acercarnos al Siglo de Oro español, a las vanguardias más rompedoras o a la mitología grecorromana.

Un cuadro es una ventana a la historia y a la forma de vivir y de mirar de nuestros antepasados. Enseñar arte a los niños es de gran importancia para su sensibilidad, emoción y empatía.

A continuación, te presentamos las 10 obras de arte famosas con las que acercar a los niños al fascinante mundo de la pintura.

La noche estrellada, Vicent Van Gogh

Una de las obras más famosas de la historia es, sin duda, La noche estrellada, del pintor neerlandés Vincent Van Gogh. Se trata de una pintura que atrae tanto a niños como a adultos.

Sus formas, colores, líneas, espirales… han cautivado la mirada de todo aquel que la ha observado. Se trata de una obra excelente para acerca a los niños a la pintura de Van Gogh, un genio adelantado a su tiempo que supo dotar de vida y movimiento al paisaje.

Las meninas, Diego Velázquez

Obra cumbre del barroco español, La familia de Felipe IV o Las meninas, es una de las obras más reconocibles de la pintura española de todos los tiempos.

Los niños pueden acercarse a la historia de España del siglo XVII, cuando la dinastía de los Austrias estaba en plena crisis. La ausencia de heredero al trono peligraba el destino de la monarquía, únicamente sustentada por la princesa Margarita, centro de la vida del rey Felipe IV y, también, del cuadro.

A través de Las meninas, los niños pueden conocer a uno de los pintores clave de la historia del arte: Diego Velázquez, quien influiría en artistas posteriores tan importantes como Francisco de Goya.

La familia de Carlos IV, Francisco de Goya

Francisco de Goya rindió homenaje a Velázquez en esta obra donde, al igual que hizo el pintor sevillano en las Meninas, se incluye en la escena a través de su autorretrato como pintor de la Corte.

En este caso, los niños se acercan a la Familia de Carlos IV a través de un retrato psicológico de familia. Goya penetró en la psicología de los personajes, situando en el centro, no al rey, sino a la reina María Luisa, dando a entender que, sobre ella, recaía el peso de la monarquía.

A la izquierda y en primera línea, Goya sitúa a quien sería el futuro rey de España, Fernando VII. Detrás de este, y con la cara girada hacia atrás, la futura prometida de Fernando VII, que no muestra su rostro porque, por aquel entonces, se desconocía quién iba a ser.

El caballero con la mano en el pecho, El Greco

Uno de los retratos más famosos de la historia del arte, realizado por un artista tan singular como excepcional: El Greco.

Se trata de un retrato de medio cuerpo que ha traído de cabeza a los investigadores. ¿Quién era el retratado? ¿Qué le ocurre en el hombro izquierdo? ¿Cuál es el verdadero significado de la obra? Un cuadro lleno de misterio con el que incentivar la curiosidad e imaginación de los niños.

La Mona Lisa, Leonardo Da Vinci

Aunque, si hablamos de cuadros repletos de enigmas, La Mona Lisa es la obra misteriosa por excelencia.

Lo cierto es que, los enigmas de esta obra, la acompañaron desde sus inicios pues, su autor, Leonardo Da Vinci, no llegó a entregarla pese a ser un encargo, sino que se la llevó consigo a Francia, país en la que hoy puede admirarse, concretamente en el Museo del Louvre.

La retratada es Lisa Gherardini, esposa del mercader Francesco del Giocondo – de ahí el apodo del cuadro, “La Gioconda” – con motivo de su embarazo.

Amarillo, Rojo, Azul, Wassily Kandinsky

Esta colorida obra del pintor ruso Kandinsky es un gran ejemplo del movimiento de vanguardias del expresionismo abstracto, de la mano del cual llegamos a la ausencia de la pintura figurativa.

Los colores primarios dominan el cuadro y se establece una división en la que, la parte izquierda del cuadro, dominada por los amarillos, es ligera y abierta, mientras que, la derecha, es oscura y dramática. Los colores, a modo de polos opuestos, quedan unidos por las superficies rojas y grises.

Los cuadros abstractos encierran un significado más profundo de lo que aparentemente se observa. Si te interesan las vanguardias tanto como a nosotros, no puedes perderte los interesantes posts de Curioseamos.

La persistencia de la memoria, Dalí

Si hablamos de surrealismo, hablamos de Dalí. Este importante pintor español realizó este óleo que, pese a lo que nos gustaría pensar, es más pequeño que un folio, pero no por ello deja de ser fascinante.

Este paisaje marino se torna en una imagen onírica, en los que los relojes se derriten, una extraña criatura duerme sobre la arena y las hormigas se concentran sobre un reloj del que desconocemos la hora que marca.

Esta obra fue realizada en 1931, cuando Dalí tenía 28 años. Tardó menos de 5 horas en realizarlo.

Autorretrato en un Bugatti verde, Tamara de Lempika

La pintora Tamara de Lempika fue la artista que mejor representó el glamour y la elegancia de la época de entreguerras.

Esta obra fue realizada expresamente para la revista de moda alemana Die Dame, una revista que quería lucir en su portada la imagen de una mujer independiente, segura de sí misma y que no necesita el cuidado de ningún hombre.

Así, la pintora se autorretrata conduciendo un fabuloso Bugatti verde. La mirada de la figura femenina concentra toda la atención, convirtiéndola en el arquetipo de femme fatale tan típico de los años 20.

Las hilanderas, Diego Velázquez

Velázquez es, también, el autor de esta obra conocida popularmente como Las hilanderas. El cuadro encierra, en realidad, una fábula mitológica, que aleja el cuadro de su concepción como pintura costumbrista o de género.

Velázquez representa el mito de Aracne, una habilidosa tejedora que se atrevió a retar a la diosa Atenea en el arte de tejer. Como en cualquier mito, la hibris, o arrogancia desmesurada de los hombres, es castigada por los dioses, tal y como le ocurrió a Aracne, que fue convertida en araña por la diosa.

El estilo barroco permite entender las claves del cuadro: en primer plano, Velázquez sitúa un cortinaje, un elemento teatral, que es descorrido por una de las muchachas tejedoras, permitiendo al espectador contemplar la escena.

Tras las tejedoras del primer plano, se sitúan, en el fondo, Atenea y Aracne junto con el tapiz que, esta última, había tejido para retar a la diosa. El tapiz representa El rapto de Europa, de  Tiziano. Un guiño de Velázquez al pintor veneciano.

El beso, Gustav Klimt

El colorido, las formas agradables, el gesto de los personajes… esta obra, del pintor austríaco Gustav Klimt, desprende una buena dosis de dulzura que encanta a los niños.

La obra representa a dos amantes, de tamaño natural, rodeados de oro. De sus cabezas y pies, brotan flores y plantas, como señal de fertilidad de un amor tan apasionado como el de ellos.

La obra se enmarca dentro del “Periodo Dorado” de Klimt, quien recoge la tradición de los iconos bizantinos tan proclives a los dorados para representar a la divinidad.